El genial Robert Downey Jr. regresa a la gran
pantalla metiéndose una vez más en la piel del mayor genio de la mecánica
salido del universo Marvel y de la armadura más impresionante que haya vestido
un superheroe en los últimos tiempos: Iron Man. Y esta vez viene con muy
mala leche.
¿Alguna vez os habéis preguntado eso de "el
hábito hace al monje o es a la inversa"? Pues esta tercera entrega de la
saga, estrenada en los cines españoles hace apenas tres días, puede ayudaros a
responder esa cuestión. La historia arranca con un flashback y una breve y
descriptiva reflexión del propio Tony Stark: "yo no era consciente de que
puedes crearte enemigos sin siquiera saber que esas personas existen".
Iron Man ya no es el mismo hombre de siempre, no desde el "incidente"
de Nueva York (presente en la película Los Vengadores), y ahora su mayor
obsesión es la de crear un ejército de armaduras capaces de defender a la
persona más importante en su vida, su pareja y ayudante Pepper Potts. Sin
embargo, cuando esos viejos enemigos reaparezcan para arrebatarle lo que más
ama, despertarán en Stark a una bestia de hierro y huesos implacable.
Iron Man junto a su pareja, Peper Potts. |
Robert Downey Jr. borda un papel de protagonista
que parece haber sido creado ex profeso para él, dando a Stark una personalidad
única y riquísima, y desarrollando el potencial y características de un Iron
Man más profundo que se come la pantalla tenga o no puesta la armadura; por su
parte, interpretando a Pepper Potts, nos encontramos a una genial Gwyneth
Paltrow dando vida a un personaje que goza de mayor protagonismo en cada
entrega y que resulta ser el complemento perfecto de Stark, una dulce chica en
apuros lo suficientemente valiente como para propinar más de dos dolorosos
puñetazos a quien lo merece. Por su parte, Guy Pearce en el rol del científico
villano Aldrich Killian resulta lo bastante interesante y equilibrado como para
mantenerse en pie durante toda la película a pesar de la fuerza de Downey Jr.,
mientras que Ben Kingsley, el inolvidable mago Merlín de La última Legión,
nos demuestra una vez más que estamos ante todo un portento del arte de la
interpretación.
En definitiva, una película divertida, ágil e intensa, la mejor de la saga de Iron Man que encantará a seguidores del universo Marvel y a espectadores casuales... ¡Ah! Y no olvidéis quedaros a ver la escena escondida
que aparece al final de los créditos. Os sorprenderá.
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