miércoles, 4 de junio de 2014

¡Larga vida a Tony Stark!




El genial Robert Downey Jr. regresa a la gran pantalla metiéndose una vez más en la piel del mayor genio de la mecánica salido del universo Marvel y de la armadura más impresionante que haya vestido un superheroe en los últimos tiempos: Iron Man. Y esta vez viene con muy mala leche.

¿Alguna vez os habéis preguntado eso de "el hábito hace al monje o es a la inversa"? Pues esta tercera entrega de la saga, estrenada en los cines españoles hace apenas tres días, puede ayudaros a responder esa cuestión. La historia arranca con un flashback y una breve y descriptiva reflexión del propio Tony Stark: "yo no era consciente de que puedes crearte enemigos sin siquiera saber que esas personas existen". Iron Man ya no es el mismo hombre de siempre, no desde el "incidente" de Nueva York (presente en la película Los Vengadores), y ahora su mayor obsesión es la de crear un ejército de armaduras capaces de defender a la persona más importante en su vida, su pareja y ayudante Pepper Potts. Sin embargo, cuando esos viejos enemigos reaparezcan para arrebatarle lo que más ama, despertarán en Stark a una bestia de hierro y huesos implacable.

Iron Man junto a su pareja, Peper Potts.
Tal vez lo más atractivo de esta película no sean los efectos especiales (soberbios, en un montaje estupendo) ni el tirón de las tres magistrales actuaciones protagonistas, sino la frescura y fluidez de un guión brillante y bien construído, fruto del trabajo de Drew Pearce y Shane Black, que reposa todo su peso sobre los hombros de un Stark sin armadura; pues una de las mayores apuestas de este film es, precisamente, la de mostrarnos lo que se encuentra detrás del armazón de hierro, los miedos, obsesiones y deseos de un hombre que ha convertido su propia creación en un escondite. Y es esto lo que más nos gusta de este héroe: un tipo arrogante, de humor ácido e intervenciones satíricas, lo suficientemente egocéntrico como para proclamar a los cuatro vientos que él es Iron Man y lo bastante soberbio para dar lecciones de heroicidad al propio Nick Fury pero que, sin embargo, no deja de ser un hombre de carne y hueso, con restos de metralla en su pecho y terribles pesadillas cada noche. La armadura se convierte así en una carcasa, una escusa para comprender mejor a un Stark humano que pretende hacernos creer que no es más que una fría máquina de guerra.

Un guión por lo tanto sólido y ágil, que asegura no solo un par de horas de entretenimiento, sino auténtica calidad en el resultado, tanto a nivel de la trama argumental como en su montaje audiovisual. Sin embargo, se hace necesario ver las anteriores películas de la saga, así como Los Vengadores, para comprender el origen y la evolución de los protagonistas y no perderse en los detalles sobreseídos en el film. Por otra parte, los giros inexperados en el argumento, con la ayuda de una fantástica banda sonora de manos de Brian Tyler, consiguen mantener la constante atención del espectador, al que el tiempo le parecerá que vuela.

Robert Downey Jr. borda un papel de protagonista que parece haber sido creado ex profeso para él, dando a Stark una personalidad única y riquísima, y desarrollando el potencial y características de un Iron Man más profundo que se come la pantalla tenga o no puesta la armadura; por su parte, interpretando a Pepper Potts, nos encontramos a una genial Gwyneth Paltrow dando vida a un personaje que goza de mayor protagonismo en cada entrega y que resulta ser el complemento perfecto de Stark, una dulce chica en apuros lo suficientemente valiente como para propinar más de dos dolorosos puñetazos a quien lo merece. Por su parte, Guy Pearce en el rol del científico villano Aldrich Killian resulta lo bastante interesante y equilibrado como para mantenerse en pie durante toda la película a pesar de la fuerza de Downey Jr., mientras que Ben Kingsley, el inolvidable mago Merlín de La última Legión, nos demuestra una vez más que estamos ante todo un portento del arte de la interpretación. 

En definitiva, una película divertida, ágil e intensa, la mejor de la saga de Iron Man que encantará a seguidores del universo Marvel y a espectadores casuales... ¡Ah! Y no olvidéis quedaros a ver la escena escondida que aparece al final de los créditos. Os sorprenderá. 

 

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